No es la primera vez , ni será la última , que dedique un
artículo a la validez de las redes sociales y los blogs como herramienta
eficientes y eficaces para relacionarnos con nuestra clientela.
En esta ocasión lo hago para hablaros de una tendencia que
cobra protagonismo en los últimos tiempos: El
Marketing de Contenidos, que hace referencia a la suma de esfuerzos por
parte de una empresa para la generación de contenidos, gráficos o audiovisuales, de interés y utilidad a su clientela potencial, sin incluir una referencia
implícita a sus servicios, y por supuesto, de manera totalmente altruista, es
decir, si esperar nada a cambio.
El único fin de esta comunicación es facilitar información
útil sobre aspectos cotidianos relativos a nuestro sector, eliminar trabas o
falsos mitos que puedan ensombrecer el
consumo potencial de nuestros productos, y en definitiva, mejorar el uso y el
conocimiento sobre los mismos.
Las principales herramientas a nuestro servicio son los
blogs, videoblogs y redes sociales, como facebook y twitter para modelos B2C, y
Linkedin para servicios profesionales. Generalmente no son medios aislados sino
interconectados.
Un buen ejemplo lo representa una empresa de aceite de oliva
que comparte un blog de recetas curinarias:
También una página de facebook de una marca deportiva puede
dedicarse a informar sobre eventos deportivos:
Pero, ¿Qué obtiene mi empresa de esto? Es obvio que
gestionar las redes sociales, páginas
webs y creación de blogs tiene un coste, que muchas veces externalizamos
contratando los servicios de un community manager, y en caso contrario nos
restara tiempo y requerirá de creatividad. Este esfuerzo no debe ser en vano…
Y no lo es, ya que el principal objetivo que persigue el
marketing de contenidos es el reforzamiento de nuestra marca, de nuestra imagen y
prestigio. Una buena campaña de contenidos debe conducirnos a contar con más
seguidores de nuestras páginas, más suscriptores de nuestros artículos, y más
visitas a nuestra web.
En definitiva buscamos una fidelización del cliente
existente y una captación de clientes potenciales, para que nuestros mensajes
publicitarios implícitos sean atendidos por más gente y con mayor interés.
Como todos los aspectos del marketing, estas campañas
deben estar precedidas por la fijación de estrategias claras, bien definidas en
tiempo y presupuesto, y en las que concretemos unos objetivos finales claros (fidelización de clientes, captación de nuevos o mejorar nuestra imagen de marca, por ejemplo), y unos
indicadores que nos permitan evaluar el cumplimiento de los mismos; en este
sentido las redes sociales ofrecen estadísticas que pueden ofrecernos datos
objetivos sobre seguimiento, difusión y repercusión de nuestras publicaciones.
Una última
recomendación a la hora de apostar por esta vía es la búsqueda de la
creatividad y los contenidos propios, siempre complementado con enlaces a otros
contenidos que no desmerezcan ni la calidad ni la filosofía de nuestro medio, y
para que mantengamos una cierta regularidad en la frecuencia de nuestras
publicaciones para así no caer en el olvido.
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